martes, 24 de mayo de 2011

El sabor de la derrota

El duro trabajo de dos semanas, el buen o mal hacer en cuatro años, el tiempo invertido en pensar en una ciudad, la ilusión y la esperanza, ganar o perder. Todo ello se decidía en una hora. Desde el momento que comenzó el escrutinio y hasta que acabó, el PSOE y el PA no pararon de tragar saliva al sentir dentro de su boca el extraño sabor de la derrota. El regusto amargo de soñar lo que pudo ser y sentir lo que no será.
Dicen que el paso en la vida no lo marca la forma de caminar sino de levantarse, pero cuando te dan el palo no eres capaz de pensar en otra cosa más que en el dolor, en que escuece. Y no hablo de si se merece o no, sino de capacidad de reacción. Del momento en el que consigues asentar los pies y el mareo se desvanece. En esta situación se encuentran ambos partidos que tienen que decidir y ahora qué.
Y todo el pensamiento abstracto anterior viene a cuento de exponer las dos posturas que deben tomar las formaciones a la hora de enfrentarse a la derrota.
En el caso del PA, San Fernando ha dejado de ser su bastión, el buque insignia del partido y De Bernardo no ha hecho más que reducir por campaña los votos y números de concejales. No se trata de demostrar a todos tu capacidad para luchar y aguantar lo que sea, se trata de llevar a buen puerto a una familia, en este caso la andalucista y a veces un buen líder tiene que asumir que se ha equivocado y debe dejar el timón del barco a otro. No por ello es peor que otro que decide continuar, porque precisamente tras recibir un palo hay que tomar decisiones y en ocasiones es más duro quedarse en el suelo a levantarse, pero es lo mejor cuando te has convertido en un lastre. Y no es una opinión desde el sentido peyorativo, sino de la realidad de los datos, ya que sea por lo que sea De Bernardo no inspira la confianza del votante por eso debe echarse la responsabilidad a la espalda y eso sí que es duro, sobre todo para un líder.
Todo lo contrario a lo que ocurre en el PSOE que a pesar de la crisis ha conseguido los mejores resultados en unas elecciones y resulta que tiene que sufrir de nuevo la derrota. Hace cuatro años ganó y no gobernó. Este año ha hecho una mejor campaña ha conseguido mejores resultados y tampoco va a gobernar. El desánimo pasa factura y en este caso al líder lo que le toca es levantar el ánimo de toda una tripulación cuando el suyo está por los suelos y eso no es fácil. Pero, considero que sin López Gil, el PSOE en La Isla estaría ahora mismo perdido y si se va (como en alguna ocasión dijo si no era alcalde) el grupo buscará a la deriva de nuevo un líder sólido y tardará tiempo en encontrarlo, por lo que de ser una opción real para ganar las elecciones pasaría a mantener la cara en 2015. A López Gil le toca hacer de tripas corazón y continuar, porque precisamente de él (que podría dar un salto a otros escalafones) depende una familia, la socialista en La Isla y no puede abandonar una batalla y dejar vendido a su grupo porque le llamen de otras guerras más atractivas y en las que podría conseguir mayor satisfacción.

Apartarse o seguir, son las dos únicas opciones tras una derrota. Solo el tiempo determina cuando se ha tomado la decisión correcta.

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