jueves, 27 de enero de 2011

Para eso que no convoque a la prensa

Hay veces en que uno no comprende las cosas. Llego a entender que la prensa es a veces un incordio, en otras ocasiones un tufo de amarillismo y sensacionalismo que da arcadas, pero si no quieres hablar con los periodistas no los convoques. Me refiero a la visita del ministro Blanco que me tocó cubrir. El hombre vino a inaugurar una estación que lleva abierta un año y un tramo para el AVE sin saberse la fecha en la que pasará el vehículo. Qué menos que deje a los periodistas hacer su trabajo y preguntar, en vez de no permitir que se le cuestionara sobre ningún asunto. Oportunidad perdida de callar bocas a los críticos o al menos de dar la cara, que es lo poco que debe hacer una persona que gestiona recursos públicos.

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