jueves, 30 de diciembre de 2010

Ruina de puestos navideños

Son tradicionales. Yo al menos, los recuerdo como un salvaconducto de regalo recurrido cuando era pequeño por tener cosas baratas y me entristece ver como muere. Siempre compro algo en el mercadillo navideño que se instala en San Fernando. Lástima que se lo hayan llevado a Reyes Católicos allí han firmado su sentencia de muerte. Los responsables han avisado de que es muy difícil que vuelvan el año que viene. Hablando con uno de los vendedores me ha dicho que en la Alameda multiplicaba por cinco o seis las ventas. Un día de mal tiempo la librería sólo hizo 40 euros y tiene a dos personas. Ahora que la calle Real está arreglada, ¿por qué no vuelven a mudarlos? Además da alegría pasear por una calle y ver actividad y tener cosas que ver. Creo que el Ayuntamiento se está equivocando en este asunto. Ha creado una calle peatonal para que el centro gane vida, pero para ello hay que ofrecer algo, actividades y eso falta.

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